-VATICANO-
El cónclave: ¿Cómo se elige a un nuevo Papa en la Iglesia católica?

La muerte del Santo Pontífice da paso a uno de los rituales más solemnes y meticulosamente coreografiados de la Iglesia Católica.

San Juan 09:03 21/4/2025 
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Con la muerte del Papa Francisco, se pone en marcha uno de los rituales más solemnes y meticulosamente coreografiados de la Iglesia Católica. El primero en ser informado es el Camarlengo, el cardenal que actúa como administrador interino del Vaticano durante el interregno. Es su deber verificar oficialmente la muerte del Papa. 

Según la tradición, el Camarlengo se acerca al cuerpo del Papa y pronuncia tres veces su nombre de bautismo. Si no hay respuesta, el Papa es declarado formalmente muerto. Se expide un certificado de defunción y se sellan los aposentos papales. 

Históricamente, este ritual se diseñó para evitar robos por parte de cardenales oportunistas. En la actualidad, sirve para salvaguardar la autenticidad del testamento y las últimas instrucciones del Papa.

El siguiente acto simbólico es la destrucción del 'Anillo del Pescador', un anillo de oro que lleva el Papa y que los católicos besan en señal de reverencia. El Camarlengo se lo quita y lo parte en dos ante los cardenales reunidos. 

Esto no solo evita cualquier posible falsificación de documentos, sino que también marca el final del papado. 

¿Cuándo será el entierro y cuándo comienza el cónclave? 

El Papa debe ser enterrado entre el cuarto y el sexto día después de su muerte. Le sigue un período de luto de nueve días, conocido como 'novemdiales'. 

Gran parte de los procedimientos funerarios y de duelo suelen ser planificados previamente por el propio Papa, que deja instrucciones detalladas para que las ejecute el Camarlengo. 

15 días después del fallecimiento del Papa, comienza el cónclave papal. Se trata de la asamblea a puerta cerrada en la que el Colegio Cardenalicio elige al próximo líder de la Iglesia Católica. La palabra cónclave, del latín 'cum clave' ('con llave'), hace referencia al secreto y el aislamiento impuestos a los participantes. 

Para evitar interferencias externas, todos los cardenales elegibles, menores de 80 años y no excomulgados, son encerrados en la Capilla Sixtina. 

El primer día, celebran una misa y se dirigen a la capilla, donde prestan juramento de seguir las estrictas normas que rigen la elección. 

La votación continúa diariamente hasta que un candidato obtiene una mayoría de dos tercios. Después de cada ronda, se queman las papeletas. El humo negro indica que la votación no ha sido concluyente; la fumata blanca anuncia al mundo que se ha elegido un nuevo Papa.