ELECCIONES 2019
Lavagna, el "candidato del consenso" que no quiere consensuar

En Argentina existe una tendencia muy marcada a pensar que lo deseable es lo probable. Esto, dicho de otra manera, significa que los que esperan que haya un peronismo no kirchnerista unificado vean en Roberto Lavagna que eso que desean se convierta en probable.


San Juan 17:47 27/5/2019 - RedacciónSJ

Por Pablo Dócimo: Sin embargo, Lavagna, quien se define a sí mismo como "el candidato del consenso" -de hecho así se llama su espacio: Consenso 19- sigue empecinado en evitar una elección interna. Pero no solo eso; tampoco quiere hablar con Macri, Cristina o Alberto Fernández, que en definitiva sería lo mismo que hablar con la expresidenta.

No quiere competir con Massa ni con Urtubey, y se distanció con Schiaretti porque el flamante gobernador cordobés habló con Scioli, con quien tampoco quiere saber nada.

Los sucesivos errores del Gobierno de Mauricio Macri -principalmente en materia económica- hicieron crecer, en un principio, la figura de Roberto Lavagna, pese a que el exministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner no haya aceptado aún, públicamente, ser candidato a Presidente de la Nación.

Sin embargo, ese insipiente crecimiento que al principio tuvo Lavagna se estancó, y difícilmente pueda lograr una buena elección.

¿Las razones? No tiene ninguna estructura que lo contenga a nivel territorial, y su figura, especialmente para los votantes arrepentidos de Macri, tiene más tinte de maniobra política y construcción de marketing político que de proyecto viable para llegar al poder.

No obstante, la figura de Roberto Lavagna molesta a muchos dentro y fuera de la Casa Rosada, pero especialmente al peronismo, como quedó en claro en el Congreso Nacional del Partido Justicialista -que en su declaración final aceptó una alianza con el kirchnerismo y “perdona” a todos los que se fueron de su estructura- y en la cumbre de dirigentes de la versión peronista llamada "Alternativa Federal" para definir cuál será la estrategia de cara a las elecciones. En ambos casos, el gran ausente fue el exministro de Economía, Roberto Lavagna, quien no aceptó la posibilidad de ir a internas con otros referentes de estos espacios.


Lavagna dejó en claro que no va a participar en ninguna interna abierta. O es “bendecido” por todos los candidatos presidenciales, incluyendo a CFK, o se queda en su casa. La decisión es clara, pero fundamentalmente necesaria por dos motivos, a saber: por un lado, como ya hemos dicho, no tiene estructura política para competir contra "los Fernández", Sergio Massa, Juan Schiaretti o Juan Carlos Urtubey.

La segunda, y tal vez la más importante, si fuese a ser el futuro Presidente de la Nación, deberá tener, si o si, la suma del poder. De ninguna manera podrá ejercer el mandato tal como lo hizo Fernando de la Rúa con la Alianza, donde sus decisiones y acciones eran primero consultadas y consensuadas con Raúl Alfonsín, Carlos Álvarez, Rodolfo Terragno e incluso Graciela Fernández Meijide. Todos sabemos que ocurre en Argentina cuando el Presidente no tiene la suma del poder, y eso también ocurriría, dicho sea de paso, con un eventual gobierno de Alberto Fernández; ¿o alguien duda de que el verdadero poder lo tiene Cristina?

Dentro del espacio de Lavagna, aseguran que no quiere negociar, bajo ningún punto de vista, con nada que tenga que ver con el kirchnerismo, y por otro lado, reconocen que aliarse con Schiaretti, Urtubey, y tener a Massa en la Provincia de Buenos Aires y a Darío Lopérfido en la Ciudad de Buenos Aires, además de sumar a Margarita Stolbizer, Ricardo Alfonsín y el socialismo santafesino no lo hace competitivo.

Así las cosas, sus posibles votantes provendrían, lógicamente, de los progresistas antikirchneristas, los independientes antikirchneristas y, finalmente, de los votantes macristas arrepentidos. Como podemos ver, tres grupos muy diferentes.

Lavagna ya se presentó dos veces a una elección presidencial sin tener la necesaria estructura territorial para defender los votos. La primera en 2007, junto con Ricardo Alfonsín y con el apoyo del radicalismo. En esa oportunidad no llegó a tener 18% de los votos.

La segunda, en 2015, con Sergio Massa, acompañando al espacio Unidos por una Nueva Alternativa/Frente Renovador, apoyando la candidatura presidencial del exintendente de Tigre, quien previo a las elecciones había anunciado que de ser presidente Lavagna sería su ministro de Economía, pero volvió a fracasar. Por eso, ahora, el "candidato del consenso" (que no quiere consensuar) no quiere repetir ese mismo error por tercera vez.