La Marina del país asiático informa de que se ha finalizado el rescate del grupo, que llevaba desde el 23 de junio atrapado en una cueva. -Fotos-
"No estamos seguros de si esto es un milagro, una ciencia, o qué. Los trece Jabalíes Salvajes ahora están fuera de la cueva". Así ha informado la Marina tailandesa este martes de que ha finalizado con éxito el rescate de los 12 niños y su entrenador atrapados desde el pasado 23 de junio dentro de la cueva de Tham Luang (norte de Tailandia). El lunes, la segunda misión de rescate logró que cuatro jóvenes más del grupo de 13 reposaran a salvo en un hospital.

En la segunda misión participaban los mismos 18 buzos —cinco tailandeses, trece de otras nacionalidades— que habían sacado sin incidentes a los cuatro primeros el lunes. Tras un descanso de 14 horas, las necesarias para depositar nuevas bombonas de aire de repuesto a lo largo del camino, la segunda misión se iniciaba a las 11.00 horas (06.00 horas en la España peninsular).
“Hemos salvado a cuatro chicos más”, todos en buen estado de salud, decía eufórico el coordinador de los trabajos, Narongsak Osottanakorn. La misión fue aún más rápida que en el primer día, cuando concluyó dos horas antes de lo previsto. Esta vez, solo fueron necesarias nueve horas. Tras el domingo, los participantes en la operación habían revisado qué había funcionado y qué se debía corregir.

Este lunes, pese a los pronósticos de nuevas tormentas, brilló el sol a lo largo de todo el día. En sus pilares básicos, el plan siguió siendo el mismo: cada niño ha ido acompañado de dos buzos expertos, uno que le guiaba por delante y le llevaba la botella de oxígeno, y otro detrás por si surgían problemas. Unas cuerdas guía iban marcando el camino. Buzos de apoyo se encontraban situados en puntos clave y ayudaban en los últimos tramos, cuando podía pesar más el cansancio.

Aunque los niños habían visitado en otras ocasiones la cueva, durante el monzón —de mayo a octubre— las lluvias la inundan y está prohibida la entrada. Los niños que ya se encuentran a salvo en el hospital provincial de la ciudad de Chiang Rai, tras haber sido evacuados en helicóptero o ambulancia, han quedado en cuarentena. Tras más de dos semanas en la cueva, sus sistemas inmunológicos se encuentran muy debilitados y los médicos temen que el contacto con otros seres humanos pueda contagiarles alguna enfermedad. Ni siquiera sus padres han podido verles más que a través de un cristal, aunque según ha declarado Narongsak, los médicos se plantean la posibilidad de que los familiares puedan entrar ya en la habitación de los primeros evacuados.
