
Así lo sostuvo el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), que advirtió que con la actual “precariedad fiscal” el compromiso de “sanear y darle independencia al Banco Central tiene sus riesgos”. “Vedada la alternativa de cubrir desequilibrios con emisión monetaria, tiene que haber una aceleración en el ordenamiento del Estado; caso contrario, el crecimiento de la deuda motorizará una nueva convulsión”, lo que podría ser “mucho más dañino que la alta inflación que genera cubrir el déficit fiscal con emisión monetaria”, alertó.
Al respecto, la entidad dirigida por Jorge Colina puntualizó que la reducción del déficit primario no tiene como correlato un comportamiento similar del financiero, que, por el contrario, sigue creciendo. En ese sentido, señaló que en 2016 el déficit primario fue de 4,2% y el financiero de 1,6%, en 2017 fueron respectivamente de 3,8% y 2,2% y se prevé en el acuerdo que en 2020 no habrá déficit primario, pero el financiero subirá al 2,3%. IDESA señaló que “la principal debilidad del acuerdo con el FMI es la forma genérica en que se presenta el tema más decisivo: la reducción del gasto primario”, si bien rescató como “un aspecto positivo” la revisión del programas sociales superpuestos con funciones provinciales y municipales.
“Eliminar la cogestión de servicios a cargo de los gobiernos sub-nacionales puede ayudar a bajar gastos burocráticos y derroches del Estado. En sentido contrario, seguir suponiendo que no es necesario revisar los programas sociales que ejecuta el gobierno nacional le quita credibilidad y pone en duda la viabilidad del plan. En el sistema de seguridad social y en el gasto asistencial hay muchos excesos de burocracia, derroches, inequidades y corrupción”, señaló.
Fuente: TP