La prevención es una herramienta fundamental en la lucha contra esta clase de tumor. A pesar de las investigaciones, su incidencia continúa en aumento.
El cáncer de mama es una enfermedad causada por la proliferación anormal de las células de la glándula mamaria, formando un tumor maligno. A pesar de numerosas investigaciones que se están llevando a cabo mundialmente para controlar esta enfermedad, su incidencia continúa en aumento. Aunque puede presentarse en hombres y mujeres, es una enfermedad poco frecuente en los hombres.
En la Argentina representa la principal causa de muerte por cáncer en mujeres, produciéndose alrededor de 5.600 decesos por año. De acuerdo a las estadísticas del Instituto Nacional del Cáncer, se estima que se producirán más de 19.000 nuevos casos por año, lo cual representa el 16,8% del total de incidencia de cáncer en Argentina.
Como otros tipos de tumores malignos, el cáncer de mama es una enfermedad que no puede ser adjudicada a una única causa en particular, teniendo un carácter multifactorial. Sin embargo, se reconocen actualmente algunos factores que aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama. No obstante, ninguno de ellos implica la certeza de aparición de la enfermedad.

Dentro de los factores que aumentan la posibilidad de enfermar se incluyen: ser mujer, mayor de 50 años, tener antecedentes personales o familiares de cáncer de mama o de enfermedad benigna de mama, haber recibido radioterapia dirigida a la mama o el pecho particularmente en la juventud, haber recibido o estar recibiendo tratamiento con hormonas combinadas como estrógeno y progesterona.
También puede influir haber tenido la primera menstruación a edad temprana (antes de los 12 años) o la menopausia a edad tardía (después de los 55 años), no haber tenido hijos o haber tenido el primer parto después de los 30 años, padecer de sobrepeso u obesidad, ser sedentaria, ser fumadora y consumir alcohol en exceso.
La prevención es la herramienta fundamental en la lucha contra el cáncer de mama y consiste en medidas tendientes a reducir el número de casos nuevos de la enfermedad o de morir por esta causa. Se recomienda adoptar un estilo de vida saludable: no fumar, reducir el consumo de alcohol, realizar actividad física y controlar el sobrepeso.