Desde hace días, San Juan mira expectante la contienda que tiene por protagonistas al presidente y al gobernador. Ambos saben que en el enfrentamiento todos pierden un poco.
Decir que alguno de los dos resultará vencedor en este enfrentamiento pasajero es casi un eslogan que sólo puede impactar por unos días. Ambos saben que se necesitan. Sin embargo, cuando se votaba la Reforma Previsional durante aquel turbulento diciembre de 2017, Mauricio Macri entendió que no contaba con los diputados nacionales de San Juan que responden a Sergio Uñac. La situación encendió una luz de alerta en la Casa Rosada, porque hasta ese día consideraban al gobernador de San Juan como un justicialista confiable. Y, aunque Uñac fuera de otro partido diferente al que gobierna en la nación, desde Cambiemos saben que es un hombre abierto al diálogo y que en algunos temas se puede llegar a coincidir.
El Presidente Macri daba por sentado que para la votación de la Reforma Previsional contaba con los votos de los legisladores sanjuaninos, entre otros. Pero la realidad arrojó otra situación que derivó en un conflicto entre Macri y Uñac. Desde el entorno del Gobernador de San Juan aseguran que Cambiemos bajó a la sesión con una propuesta diferente a la que se había acordado durante la reunión de Frigerio con los gobernadores, donde se llegó a la firma del llamado Pacto Fiscal, que incluía la Reforma Previsional, la Reforma Laboral y la Reforma Tributaria. El foco de conflicto se generó en la Reforma Previsional. Durante aquel álgido debate donde el Congreso de la Nación ardía por dentro y por fuera, nada fue como se esperaba. Según un alto funcionario del Gobierno de San Juan, la propuesta de Uñac había sido empezar a ajustar las jubilaciones por las más altas, es decir, por las de privilegio.
Desde Cambiemos aceptaron la medida pero se opusieron a que sea con carácter retroactivo. Es decir, en adelante, las injustas jubilaciones de privilegio dejarían de otorgarse pero no se quiso hacer caer las que ya están dadas desde 1983. En aquellos años, la democracia retornaba a la Argentina y la Casta Política había decidido generar para sí un sistema de excepción que les garantizaría un buen pasar cuando ya no estuviesen en la función pública. Desde el gobierno de Macri aseguran que no se puede dar de baja con retroactividad a esa clase de beneficios previsionales porque la Corte Suprema obturaría esa posibilidad argumentando que la jubilación es un derecho adquirido y la Constitución argentina garantiza esos derechos considerándolos irrevocables. Otro de los puntos donde el Gobernador de San Juan no estuvo de acuerdo fue en la fórmula para calcular la actualización de las jubilaciones y pensiones mínimas.

Hace uno días, Viviana López, Gerenta de Empleo en San Juan, anunció que se daba de baja a más de 13.000 planes sociales. Esto volvió a poner en alerta a ambas partes y el gobernador tomó el episodio como una señal de pugilato lanzada desde la nación. Respecto a los más de 13.000 planes sociales que se sacaron en San Juan, el gobernador se mostró muy crítico y declaró que comparte el reclamo de los sectores damnificados que salieron a las calles para reclamar. "Pido lo mismo que las organizaciones sociales. Se lo expresé a la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley", dijo Uñac, y añadió que "no se les puede sacar el plan si no se les da otra oportunidad".
Días antes, Macri había dado la orden a su gabinete de ministros que tuvieran en cuenta a diez gobernadores de provincias opositoras a las cuales se consideraría en situación de privilegio por haber dado quorum y acompañar a Cambiemos en la votación de diciembre en el Congreso. El presidente pidió un trato preferencial para diez mandatarios. Ellos son: Hugo Passalacqua (Misiones), Juan Schiaretti (Córdoba), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Juan Manuel Urtubey (Salta), Lucía Corpacci (Catamarca), Domingo Peppo (Chaco), Juan Manzur (Tucumán), Omar Gutiérrez (Neuquén), Alberto Weretilneck (Río Negro) y Rosana Bertone (Tierra del Fuego). "Si ellos los llaman, atiendan el teléfono", le pidió Frigerio.
En la lista no figura Sergio Uñac, Gobernador de San Juan, lo cual enervó un poco más la ya tensa situación entre Nación y provincia. Uñac no se quedó fuera del cuadrilátero y contraatacó sin demora: "Hay una sequía del envío de fondos de Nación a la Provincia", dijo durante un acto, y afirmó que gestionará una reunión con el Ministro del Interior, Rogelio Frigerio, para tratar esa situación. Más tarde, el gobernador dijo que "los argentinos no quieren que se armen listas negras", y apuntó: "Me niego a pensar que eso pueda ser verdad". Ante la posibilidad de represalias fue taxativo: "No sé si me han castigado, peor sería que no envíen fondos porque no hay".
El mandatario provincial reclamó además unos 1.100 millones de pesos para obras viales y otros 700 millones de pesos para viviendas, cifras que la Nación había asegurado para San Juan pero que todavía no se han concretado. En el enfrentamiento entre Uñac y Macri ninguno de los dos tiene posibilidades de ganar. Porque uno necesita al otro y viceversa. Macri no puede darse el lujo de castigar a San Juan, porque pierde votos y pone en riesgo la viabilidad de la provincia, lo cual sería un problema para su gestión y para su imagen, algo que el presidente cuida a diario con obsesión minuciosa. Por su parte, Uñac no puede romper lanzas con la Nación porque San Juan es una provincia no autosustentable. Por lo tanto necesitará gestionar ante el presidente y sus ministros un rosario de pedidos tendientes a palear la crisis que hoy atraviesa cualquiera de los distritos chicos de Argentina, entre ellos San Juan.
Ya en el año 2001 los sanjuaninos asistieron a una disputa a todo o nada que protagonizó el exgobernador Alfredo Avelín contra el ex presidente ilegítimo Eduardo Duhalde. El entonces Senador Gioja se encargó de boicotear a la provincia, tal como lo hace ahora, para dañar la relación con el Estado nacional e impedir que los fondos para salarios llegaran. El recuerdo de aquella contienda quedó marcado a fuego en el imaginario colectivo de los ciudadanos vernáculos. Trágico y fatal: tres meses sin poder pagar los sueldos a empleados públicos fue demasiado estoicismo para un pueblo que no está dispuesto al sacrificio.
No obstante, no hay ninguna chance de que ésto vuelva a suceder en San Juan. Primero porque Macri no está dispuesto a llegar a ese extremo. Segundo porque Gioja ya no tiene poder. Aparte de presidir el PJ, un partido en estado de debilidad que aún no sale del estado de shock que le provocó la derrota de 2015, Gioja es un fantasma que se mueve entre la inimputabilidad y la deriva. El tiempo dirá de qué manera se podrá resolver este conflicto que por ahora parece atravesar un momento de estancamiento preocupante. La historia se escribe con la previsibilidad que ofrece el pasado y el futuro no se puede escribir, salvo que se incursione en la azarosa práctica de la adivinación aventurera que, ya se sabe, poco tiene que ver con la política.
Escrito por Ernesto Simón para El Informador de Cuyo