En su debut, la ex presidenta planteó una cuestión de privilegio y calificó al fallo de Claudio Bonadio como “insólito”. Denunció la “amenaza de cercenar” a la oposición, con la “utilización” del Poder Judicial y señaló que para tratar el pedido “no hace falta” constituir la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Esperado era el debut de Cristina Fernández de Kirchner, quien regresó a la Cámara alta en su cuarto período como senadora nacional. Y su intervención dentro del recinto fue inmediatamente comenzada la sesión extraordinaria de este miércoles, cuando la expresidenta planteó una cuestión de privilegio, por casi media hora, en la que se refirió al pedido de desafuero en su contra y calificó al fallo de Claudio Bonadio como “insólito”. La exjefa de Estado aseguró que la causa en la que está acusada de encubrimiento a Irán en el atentado a la AMIA, a raíz de la firma del Memorándum de Entendimiento en 2013 -bajo su gestión-, es “absolutamente ridícula” e hizo referencia al concepto de Lawfare, para denunciar una “amenaza de cercenar” a la oposición, por parte del Gobierno, con la “utilización” del Poder Judicial y los medios de comunicación. En el inicio, recordó que el ataque terrorista fue “el 18 de julio de 1994, hace ya 23 años” y remarcó que el pedido de desafuero ingresó en el Senado el 7 de diciembre, “exactamente el último día hábil anterior a que yo me sentara en esta banca como senadora de la Nación”.