Los senadores peronistas decidieron postergar el debate del proyecto oficial dado el estado de desacuerdo en la CGT, cuya cara visible es el camionero Pablo Moyano, que -a su vez- agitó el fantasma del pago de coimas detrás de una eventual aprobación. Algunos creen que Pablo actúa independiente de su padre, Hugo. Otros, sin embargo, ven motivaciones de la familia camionera enraizadas en una de sus obsesiones: el futuro de la empresa privada de correo.
Los senadores peronistas liderados por Miguel Pichetto decidieron la semana pasada que se postergue el debate por la reforma laboral a raíz del estado de desacuerdo que reina en la CGT, más allá de que sus autoridades validaron el proyecto impulsado por la Casa Rosada. La cara visible de ese desacuerdo es el camionero Pablo Moyano, que agitó por aquellos días el fantasma de "la Banelco", en alusión a las coimas que presuntamente se pagaron para sancionar la ley de flexibilización laboral de la Alianza.

En Casa Rosada algunos insisten en que la intransigencia de Pablo no es necesariamente una manifestación de la voluntad de su padre, Hugo Moyano. Otros creen todo lo contrario: que Pablo es simplemente el brazo ejecutor de su padre. ¿Por qué Hugo Moyano querría boicotear la reforma laboral que firmó su hombre en la CGT, Juan Carlos Schmidt? No se trataría tanto de una posición histórica como de una que responde a la coyuntura: la frágil situación de la empresa postal OCA. Es conocida la historia: la firma que dirige Patricio Farcuh se encuentra en agobiado por una deuda de $4.000 millones con la AFIP que le congeló las cuentas. OCA está en cuenta regresiva ya que el próximo siete de diciembre vence su licencia para ejercer su actividad y es improbable que consiga una renovación sin la venia de Alberto Abad, jefe del organismo recaudador.
Dicen que Farcuh llegó a OCA de la mano de los Moyano. De hecho, ante las vicisitudes financieras, la familia camionera se hizo cargo de pagar sueldos en la compañía con el dinero del sindicato, y hasta ocupó un breve interinato en la gerencia luego de desplazar a Farcuh, quien luego fue repuesto por la justicia. Algunos sospechan de tanta cercanía de los Moyano con la firma postal. Pero es cierto que sus 7.000 empleados, en riesgo por la mora con la AFIP, están afiliados a Camioneros. Además, las cosas para OCA tienden a empeorar: la incertidumbre sobre su futuro hizo que Mercado Libre, uno de los principales clientes del correo privado, optara por cambiar de empresa para realizar las entregas de las compras que se hacen a través de esa plataforma virtual. Hay poco tiempo de aquí al siete de diciembre. Un día después, comienza en Buenos Aires la reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Algunos temen que la paz durante esos días pueda convertirse en moneda de cambio del salvataje de OCA. No habría nunca que subestimar la capacidad de daño de un gremio que puede generar desabastecimiento de combustibles o de billetes en cajeros y bancos.
Fuente: U24