
La Argentina es uno de los lugares con mayor demanda de visas para entrar: el año pasado se otorgaron 330.000, una marca histórica.
Volar a Estados Unidos será un poco más complicado. A los pasos habituales de migraciones y aduana se sumará un nuevo control que podría alcanzar a 2 de cada 10 pasajeros. Es el chequeo de los equipos electrónicos de mayor tamaño que un smartphone que sean llevados en el equipaje de mano. La medida busca detectar materiales explosivos. La Argentina es uno de los países con mayor demanda de visas para entrar a Estados Unidos: el año pasado se otorgaron 330.000, una marca histórica. Además, en el Consulado anticiparon que este año pueden llegar a ese país un millón de visitantes argentinos. El objetivo habitual es el turismo, especialmente en Miami, Orlando y Nueva York, aunque también crecen Texas y California. A la vez, están en aumento las visas de estudio.
La nueva medida afecta a los vuelos de todo el mundo y de cualquier aerolínea –incluidas las estadounidenses– que lleguen a ese país. Cuando el viaje tiene una escala (por ejemplo, Buenos Aires-Lima-Miami), los controles aplican en el último punto de partida (en ese caso, en Lima). Las compañías deberán instalar escáneres para detectar cargas explosivas, llamados Explosive Trace Detection (ETD). Hay distintos modelos. Algunos tienen un pico y, como si fuera una pequeña aspiradora de mano, absorben directamente las partículas y los vapores. Otros tienen un paño que se coloca en un brazo mecánico pequeño y manual, que lo pasan sobre la tablet o computadora. Luego ese paño se retira y se coloca dentro de un escáner fijo, de tamaño similar a una impresora.
Estos equipos “llegan a detectar una presencia muy pequeña de explosivos, que sería como un grano de arena en una pileta de natación. O sea que aún cuando da positivo no nos quiere decir que hay un explosivo. Puede haber sido que la persona que manipuló el equipaje estuvo en contacto con un explosivo”, cuenta Oscar Rubio, director de AVSEC, un área de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). “Si da positivo, siempre interviene la PSA. Lo que sigue es proceder a la apertura (del equipo) y despejar cualquier duda”, continúa Rubio. Todo esto es un pedido del Gobierno de Estados Unidos que recae directamente sobre las aerolíneas. Por eso, los chequeos los harán empresas de seguridad privadas contratadas por ellas. Por su parte, la Policía de Seguridad Aeroportuaria hizo capacitaciones en los aeropuertos de Ezeiza y de Córdoba y se encarga de reglamentar el uso de los equipos. También va a intervenir cuando haya una alarma de positivo.