
Este fue el caso de uno de los estudiantes, que sabiendo sólo guaraní, tuvo que insertarse en el colegio con pocos conocimientos sobre el castellano. Es por esto, que el menor decidió escribirle una carta a su profesor para explicarle su situación y lo complicado que le resulta entender las clases, y que debido a esto, sentía mucha vergüenza. "El dato interesante es que se animó a exponerse, por lo general tienden a ocultarlo (que no saben castellano), y esto genera una lectura equívoca por parte de los adultos, una tendencia a sentenciar que no entienden", señaló el rector del colegio Sarmiento, Paul Dani. Dani se desempeña desde el 2016 como rector del colegio secundario Sarmiento, situado en Juncal y Libertad, en Recoleta, y que recibe unos mil alumnos y "más de un 80 por ciento" vive en la Villa 31 de Retiro. La carta en cuestión expresa textualmente : "Perdón profesor por no competar es que no entiendo nada y tengo mucha vergüenza para hablar porq no se ablar mucho en castellano solo en guaraní te pido una disculpa profe perdón. Espero que me entienda profe porque es muy difisil empezar de 0 en otro pais" (sic). A su vez, el rector manifestó que "algunos docentes trabajan en un taller de fortalecimiento de la segunda lengua. Manuel Becerra es uno de ellos".
Si bien el alumno presentó la carta a otro profesor de la escuela, Becerra fue quien difundió el caso a través de Twitter y generó una gran repercusión. "Para los docentes es una oportunidad de volver a valorar las culturas originarias que están ancestralmente ocultas, y de generar trayectorias de aprendizaje diferenciadas. En un ámbito urbano, darle entidad a esos saberes es un reto", comentó Dani. Becerra , a su vez , expresó :"El taller de acompañamiento funciona a raíz de que nuestro colegio recibe a muchos chicos migrantes, que aprendieron a hablar en guaraní o quechua. Su lengua materna no es el castellano sino una lengua originaria americana". "Los pibes que tienen problemas de lectura y escritura los tienen por causas diferentes: cuando detectamos esto, empezamos a pensar que una experiencia posible era la enseñanza del castellano como segunda lengua", señaló. Becerra manifestó: "No estamos formados para esto ni el Estado financia este tipo de actividades, aunque llegamos a una justificación pedagógica dando más forma a lo que surgió de manera intuitiva, y logramos que nos paguen un par de horas más por semana para armar estos espacios de acompañamiento". "Uno como docente registra que hay alumnos más callados; se da un debate grupal y siguen callados. Se les pregunta ¿te da vergüenza hablar? para tener un diagnóstico y decir 'no te preocupes que estamos en la escuela para esto', y necesito comunicárselo para que la escuela diseñe una estrategia", explicó.
Becerra sostuvo que "el chico presentó esta nota y la escuela no se quedó paralizada sino que todos los adultos intervinieron de manera correcta, y diseñamos este dispositivo" de taller. "Los idiomas americanos originarios están escondidos bajo un manto de vergüenza en los chicos. El resto de los pibes se da cuenta de la complejidad y le resulta interesante porque observa una riqueza cultural que la escuela ha tapado durante años", contó. Para Becerra, "la necesidad es hacer aflorar cuestiones que no pueden ser eludidas, porque antes, esto era un 1 en Literatura, repetía, dejaba la escuela, se iba a laburar y se terminó, y todavía queda ese residuo. Hasta que preguntás por qué no se adecua y aparece un subsuelo de riqueza", finalizó.