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Corrientes de retorno y “pozones”: los factores clave en la desaparición de joven argentino en La Serena

Este jueves se cumplió el cuarto día de búsqueda del adolescente Alejandro Cabrera, quien se encuentra desaparecido desde el lunes tras ser arrastrado mar adentro. En ese sentido, expertos en la materia entregaron detalles sobre la compleja configuración geográfica de la bahía de Coquimbo y sus peligrosos “ríos invisibles”.

San Juan 09:45 21/11/2025
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La cuarta jornada de búsqueda de Alejandro Cabrera Iturriaga, joven argentino de 17 años que desapareció el pasado lunes tras ser arrastrado por la corriente en la playa Cuatro Esquinas, culminó anoche, sin resultados positivos, al menos, hasta el cierre de esta edición. 

Y es que la operación, que involucra a la Armada, bomberos, equipos de rescate COSAR y personal de salvavidas, se enfrenta a los caprichos de una geografía submarina que complica cada inmersión y cada rastreo. 

Recordemos que el incidente ocurrió cuando Alejandro, junto a otros cuatro menores de edad, ingresó al mar pese a que las playas del borde costero aún no están habilitadas para el baño. 

Fue en ese momento cuando una fuerte y súbita corriente los sorprendió. No obstante, la rápida intervención de un ciclista que se lanzó al agua permitió el rescate con vida de los cuatro jóvenes. 

Sin embargo, el adolescente de 17 años no logró salir y fue arrastrado mar adentro, ante la mirada impotente de sus familiares. Para los conocedores de la zona, este tipo de tragedias no son una rareza, pues la bahía de Coquimbo presenta un escenario marítimo engañoso y potencialmente mortal.

Al respecto, el teniente Alessandro Bisso, subjefe de la Capitanía de Puerto de Coquimbo, se refirió a los desafíos que enfrenta la búsqueda producto de las condiciones geográficas de la bahía. 

“La bahía de Coquimbo tiene una configuración especial. Hay corrientes de superficie, producidas por el oleaje y el viento, y también corrientes submarinas, generadas por las mareas y la propia forma de la bahía entre Punta Teatinos y Punta Tortuga. 

Cuando el oleaje llega, genera una especie de rebote en ciertos sectores, creando remolinos tanto en la superficie como bajo el agua”, explicó Bisso. 

El punto exacto de la desaparición, la playa Cuatro Esquinas, es descrito por el oficial como un “punto concéntrico” donde las corrientes derivan tanto al norte como al sur. “Por eso tenemos nuestros medios, tanto marítimos como terrestres, desplegados en ambos sectores”, afirmó.

De las dos, la corriente más compleja es la submarina. “No es constante, pues depende de si es marea llenante o vaciante, y en las profundidades puede generar un ‘abatimiento’ del cuerpo hacia el norte o el sur”. 

UNA TRAMPA EN EL FONDO MARINO 

Otra de las mayores dificultades de la búsqueda la constituyen los llamados “pozones”, sectores de mayor profundidad en un lecho marino que dista de ser plano. 

“Efectivamente, la superficie submarina no es lisa; tiene sectores que son más profundos que otros. Esa es una dificultad que han presentado los buzos”, confirmó el teniente Bisso. 

Hasta el momento, los equipos de búsqueda han identificado ocho de estos “pozones”, ubicados a aproximadamente 250 metros de la orilla. “Tenemos el ROV (Vehículo de Operación Remota) submarino trabajando en el sector de los “pozones” para poder abarcar esta área que ha sido complicada para el personal de buzo”, señaló el oficial de la Armada.

Con información de: www.diarioeldia.cl