San Juan 11:36 26/9/2025
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El respaldo financiero del Tesoro de Estados Unidos al Gobierno de Javier Milei no alcanzó para recomponer la relación con los gobernadores.
Durante el Foro Iberoamericano de Garantías, realizado en Bariloche, los mandatarios provinciales expusieron sus reparos a retomar el diálogo con la Casa Rosada antes de las elecciones de octubre y dejaron en claro que la relación con el presidente atraviesa uno de sus momentos más frágiles.
La asistencia de seis gobernadores al encuentro permitió dar visibilidad a los reclamos que vienen acumulando desde hace meses. Promesas incumplidas de obras, exclusión de partidas en el Presupuesto 2026, políticas centralistas y la falta de negociación en torno a los proyectos que impulsan un reparto más equitativo de fondos fueron los puntos más repetidos.
El malestar, que ya se manifestaba en privado, quedó ahora expuesto en público y amenaza con profundizarse en la recta final hacia los comicios legislativos.
El salteño Gustavo Sáenz, uno de los pocos en reunirse con el flamante ministro del Interior Lisandro Catalán, expresó sin rodeos: “Me alegro si le va bien al Gobierno, porque así nos va bien a todos los argentinos, pero también quiero que al Gobierno nacional le alegre que nos vaya bien a los gobiernos provinciales”.
Sáenz insistió en que la Nación debe contemplar la realidad particular de cada distrito al definir políticas y reclamó el cumplimiento de convenios firmados en 2024 que, según explicó, todavía están pendientes.
En la misma línea, Carlos Sadir, gobernador de Jujuy y único representante de Provincias Unidas en Bariloche, rechazó la idea de una reunión previa a las elecciones del 26 de octubre. Argumentó que el vínculo con Milei no puede transformarse en un gesto electoral y remarcó que las provincias no están dispuestas a dar señales de respaldo antes de que la ciudadanía se exprese en las urnas.
Otros mandatarios, como Maximiliano Pullaro (Santa Fe) e Ignacio Torres (Chubut), también plantearon que cualquier acercamiento deberá esperar a después de la elección.
El caso de Córdoba es paradigmático.
Martín Llaryora no sólo se negó a una foto con Milei, sino que se encuentra en plena disputa electoral con el Presidente, que se involucró personalmente en la campaña contra Juan Schiaretti. La estrategia libertaria apunta a recuperar terreno en la provincia mediterránea, clave en el padrón nacional, pero el armado de listas outsider y las tensiones con los referentes locales complican el objetivo.
En contraposición, algunos gobernadores como Alberto Weretilneck (Río Negro), Sergio Ziliotto (La Pampa), Marcelo Orrego (San Juan) y Hugo Passalacqua (Misiones) se mostraron más abiertos a dialogar sin condicionamientos de tiempo.
“Si se puede retomar el diálogo en 15 minutos, mejor”, ironizó el misionero, aunque admitió que tras los comicios habrá mayor claridad política.
La conclusión es compartida: el 26 de octubre será una fecha bisagra no sólo para el Gobierno, sino también para los vínculos entre Milei y las provincias.
Hasta entonces, la mayoría de los gobernadores prefiere esperar y evitar cualquier gesto que pueda ser interpretado como un apoyo proselitista. El desafío del oficialismo, mientras tanto, será construir una agenda federal convincente que permita recomponer un vínculo hoy debilitado y asegurar la gobernabilidad hasta 2027.