San Juan 09:35 15/5/2024
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El Estado Nacional y la compañía AstraZeneca recibieron la primera demanda de una mujer que asegura que sufrió el Síndrome de Guillain Barre tras aplicarse la dosis de la vacuna en la pandemia por COVID-19.
La damnificada pide $90 millones y que se retire la Ley de Vacunas que permitió operar a las farmacéuticas.
Si bien hace unos días la empresa reconoció que la vacuna puede tener efectos secundarios, la mujer, oriunda de Córdoba, ya había comenzado un trámite administrativo en el Ministerio de Salud local y ahora avanzó hasta los Tribunales Federales de Río Cuarto.
“Acá hubo un daño a la fe pública y al sistema de salud en general provocado por AstraZeneca”, sostiene el abogado de Paula Ochoa, la mujer de 39 años oriunda de Coronel Moldes, en el sur de la provincia de Córdoba.
La demanda incluye: 7,4 millones de pesos por incapacidad sobreviniente; 25,3 millones de pesos por fondo de reparación Ley 27.573; 9,3 millones de pesos por proyecto de vida-pérdida de chance; 7,5 millones de pesos por daño moral; 1,5 millones de pesos por daño moral de la pareja; 49,5 millones de pesos por daño punitivo y 180.000 pesos por daño emergente.
La demanda
“El día 04 de Enero de 2022 a las 11:30 hs., siguiendo fielmente las recomendaciones de ‘expertos’, acudí al centro de vacunación de Coronel Moldes que funcionaba en la casa de la historia y de la cultura, y me inocule la 3ra. dosis de la vacuna contra el Covid 19, marca ASTRAZENECA lote 77946, la inoculación la suministró el lic. en enfermería Pascheta, Franco Mat. 1-3078. A posteriori a las 19:30 Hs. del mismo día comencé con calambres fuertes, se me aflojaban las piernas, luego me tuve que acostar temprano por los fuertes dolores que padecía, al otro día no pude ponerme de pie, me caí en peso muerto, tuvo que levantarme mi pareja. Consultando a mi médico de cabecera, la doctora. me dijo que podía ser un efecto adverso de la vacuna que me había inoculado, pues cuando acudí al hospital de mi pueblo (Coronel Moldes) me confirmaron que se trataba de una reacción a la vacuna”, sostiene el escrito.
Tras ser examinada en profundidad el diagnóstico fue “síndrome de Guillain Barré con cuadriparesia” y el neurólogo le avisó que estaría dos meses en silla de ruedas y un tratamiento de rehabilitación, el cual continúa hasta hoy según cuenta Ochoa.
“La inoculación fue producto de la gran presión social, laboral, de los medios de comunicación y coacción ejercida desde el mismo ESTADO, pues no tuve otra opción que inocularme, de lo contrario perdía mi trabajo. Confíe en el consejo de los ‘expertos’, por esa errónea decisión de inocularme, perdí mucho más que mi trabajo, me arrebataron la vida, soy madre de un nene de 5 años, jamás fui informada y tampoco se me advirtió que podría sufrir efectos adversos, como asimismo de los riesgos/beneficios de la inoculación, no hubo un verdadero consentimiento de mi parte, solamente nula información y coacción”, señala.