-ECONOMÍA-
Peligra el desarrollo económico argentino: menos nacimientos con expectativa de vida prolongada

La población activa supera por ahora a la pasiva, pero la diferencia se está acortando: las mujeres tienen menos hijos, más tarde, y hay menos hogares conyugales.

San Juan 19:50 27/5/2024 
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Hasta ahora, más población trabaja que la que es pasiva en Argentina, pero se encendió luz amarilla en el tablero demográfico: la cantidad de nacimientos disminuyó un 38% de diez años a esta parte, y los niños hasta 12 años ocupan 23% de la población. 

Al mismo tiempo, las mujeres de 60 años y más representaban, en 2022, el 18,4% de la población y los varones el 14,6%. 

Un juego de pinzas se cierne sobre el bono demográfico nacional, ya que se achica la base de la pirámide y se extiende la expectativa de vida: En América Latina, en 1950, la expectativa de vida al nacer, en promedio, era de 48,6 años, mientras en 2023, según la CEPAL, podría estar en algo más de 75 años. 

Los nacimientos disminuyen ininterrumpidamente desde 2014, con una merma del 36% en 2022. En envejecimiento de la población resultante, en un contexto en el que la edad jubilatoria es de 60 años para las mujeres y 65 años para los hombres, no se nota tanto, actualmente, por el estancamiento en el desarrollo del país, pero comprometería una bonanza futura ante un eventual déficit demográfico.

La coordinadora de la orientación socio-demográfica de la Maestría en Generación y Análisis de Información Estadística de la Universidad, Gladys Massé, aclaró en ese sentido que “desde el punto de vista teórico se considera el bono demográfico como una ventana de oportunidad en la medida en la que las políticas de pleno empleo y, en particular, aquellas que involucran al trabajo formal hacen experimentar un aumento en la productividad y en el desarrollo económicos así como en la mejora social”. 

Argentina -según la experta- podría estar atravesando los últimos años para aprovechar los aspectos positivos del bono demográfico, debido a que, a pesar de que se trata de una población envejecida, aún no se ha producido un envejecimiento demográfico significativo y la proporción de la población potencialmente activa es relativamente alta en comparación con la población dependiente. 

Para ello resulta imprescindible asegurar una economía de pleno empleo básicamente formal”.