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Crece la ayuda militar a Ucrania: ¿servirá para parar la guerra?

Países europeos, Estados Unidos y Canadá han anunciado ayuda militar para Ucrania, incluyendo armas letales. Esta decisión, que conlleva el riesgo de aumentar la ira rusa y tensar todavía más el conflicto, no es suficiente para darle a Ucrania una victoria, aunque sí para alargar todavía más el enfrentamiento.

San Juan 19:50  4/3/2022 
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Ucrania pidió ayuda y los países de la esfera occidental escucharon. Desde que Rusia empezó su ofensiva militar en su país vecino, los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea han decidido enviar apoyo militar al Ejecutivo liderado por Volodímir Zelenski en su defensa contra el Kremlin. 

Estamos hablando de 450 millones de euros por parte de la Unión Europea en ayuda militar, incluyendo armas letales; 350 millones de dólares desde Estados Unidos; 394 millones de Canadá. Además, de manera bilateral, países como Finlandia, Suecia, Bélgica y España enviaron material como misiles, rifles de asalto, pistolas, lanzagranadas y lanzacohetes. 

Incluso Alemania decidió romper su tradición de no proporcionar armamento a ninguna zona en conflicto: el canciller, Olaf Scholz, decidió ayudar al bando ucraniano con 1.000 lanzacohetes y 500 misiles. 

La mayoría de armamento se concentra en material que pueda oponerse a los tanques rusos, una de las principales cartas del Kremlin en su ofensiva, y que pueda derribar aeronaves, otro de los campos en los que las tropas de Rusia tienen una amplia ventaja sobre Ucrania. 


Ayuda militar, ¿suficiente para armar a Ucrania? 

A pesar del aluvión de ayudas militares prometidas a Ucrania, crecen las dudas alrededor del impacto real que podrán tener. Para empezar, por la logística que conlleva: hacer llegar el armamento por aire directamente a Ucrania ya no es posible, y hacerlo por mar prácticamente tampoco, dado que los puertos de Mariúpol y Jersón ya no son seguros. 

La mayor parte de la ayuda llega por vía terrestre a través de Polonia, una operación que igualmente entraña riesgos, ya que un convoy de ayuda militar es un blanco fácil. De hecho, Putin ya aseguró que este tipo de apoyo a Ucrania se consideraría "actos hostiles" si no "actos de guerra". 

Hungría, por ejemplo, se ha negado servir de puente. Cuando la ayuda militar llegue, también hace falta que alcance los puntos de combate y que las tropas ucranianas sepan usar los distintos armamentos. Pero el gran interrogante que pesa sobre esta iniciativa es si realmente podrá desequilibrar la balanza a favor de Ucrania. 


La comparativa deja poco espacio a la esperanza: la ayuda militar económica de Canadá, la Unión Europea y Estados Unidos sumada suman aproximadamente un 1 % del presupuesto de guerra ruso. Los misiles antitanques y antiaéreos deberán enfrentarse a más de 12.000 tanques rusos y más de 4.000 aeronaves militares. 

Al fin y al cabo, elevar el poder militar de Ucrania al de Rusia, la segunda potencia mundial en este sentido, requeriría una inversión inmensamente mayor que la que actualmente hace Occidente. Por lo tanto, cabe pensar que el envío de armamento conseguirá quizás alargar el conflicto, pero que no le dará la victoria a Zelenski. 


¿Parar la guerra con más armas? 

En una entrevista al canal 24h de RTVE, la televisión pública española, un general retirado se hacía las siguientes preguntas: "¿con esas armas qué va a pasar? ¿Van a dar la vuelta los ucranianos a la guerra? ¿la van a detener dos semanas? ¿la van a retrasar tanto que las sanciones económicas, o el rechazo de la población, o los oligarcas, terminen por obligar a Putin a terminar con la agresión? ¿O solo la van a retrasar dos semanas y al final van a terminar igual que si no se hubieran dado armas?" "Porque si es así, los muertos de esas dos semanas no van a servir de nada", sentenciaba José Enrique Ayala, antiguo jefe del Estado Mayor del Euro-cuerpo entre 2001 y 2003. 

Los que se hacen esas mismas preguntas son cada vez más, unas voces que destacan en medio del que parece un consenso amplio alrededor del apoyo militar a Ucrania, que bebe de la dura urgencia de hacer algo que pare esta guerra. 

¿Bajo qué cálculos se han tomado esas decisiones? ¿Están los gobiernos dispuestos a que estas armas europeas terminen en manos de los civiles ucranianos? La ayuda de la Unión Europea surge, de hecho, de un fondo llamado contradictoriamente Fondo Europeo para la Paz. 

Según las normas de este Fondo, el armamento solo se puede entregar si se sabe que el conflicto no será a largo plazo y si no se usa para cometer violaciones contra los derechos humanos. Pero ¿cómo controlará eso el bloque comunitario en un contexto de guerra? 

En un artículo en el medio alternativo 'El Salto', Tica Font, del Centro Delás para la Paz, lamentaba: "¡Cuántos informes llevamos hechos avisando de lo que puede suceder!". Por ejemplo, este Centro recuerda que los países Occidentales contribuyeron a aumentar las tensiones con Rusia armando el Ejército ucraniano durante años, desde 2014. 


Sin ir más lejos, Estados Unidos ya había entregado 1.000 millones de dólares en ayuda militar antes de que estallara esta crisis. "Cuando el conflicto estalla nos piden que reaccionemos "como toca" (...) 

Nos piden que no seamos críticos y que demos apoyo incondicional a las actuaciones que vayan a emprender nuestros Gobiernos", lamenta Font. "Hay que cerrar filas y dejar que hablen las armas". 

Hay una máxima romana que reza así: "Si vis pacem, para bellum". "Si quieres paz, prepárate para la guerra". Innumerables conflictos después, incluidas dos Guerras Mundiales, parece que esa máxima sigue imperando hoy en día.

Agencia F24