
San Juan 10:26 14/4/2021 - elinformadordecuyo@gmail.com
Las vacunas contra el nuevo coronavirus funcionan para protegerse del covid-19, sobre todo, de las formas más graves de la
enfermedad, pero por ahora se desconoce hasta qué punto pueden frenar la transmisión. Por eso es tan importante seguir con las
medidas de protección para evitar nuevos contagios.
Evitan que la persona que las recibe se ponga enferma, sobre todo muy enferma, y necesite ingresar en una unidad de cuidados
intensivos. Sin embargo, todavía no se sabe si las aprobadas hasta el momento también protegen de la transmisión del virus, o hasta
qué punto lo hacen. Es decir, alguien vacunado podría infectarse sin desarrollar síntomas graves, pero seguir contagiando.
Por eso, a pesar de haber recibido la vacuna, uno debe seguir con todas las medidas de protección para evitar contagios: uso de
mascarilla, lavado de manos, distancia de seguridad y ventilación de espacios cerrados.
Las vacunas
aprobadas en
Europa son
capaces de inducir
una buena
respuesta
inmunitaria y tienen,
en general, grados
muy altos de
eficacia. Pero en
los ensayos clínicos
para demostrar su
eficacia y seguridad
solo se ha
observado si el
fármaco previene
de la covid-19 y
protege a las
personas que
tienen mayor riesgo
de sufrir
complicaciones, no
se han publicado
datos sobre si
además detienen la
transmisión del
virus.
Los resultados de
los ensayos
publicados hasta
14/4/2021 muestran que, por un lado, las vacunas contribuyen a que el sistema inmunitario fabrique anticuerpos neutralizantes, parte de las
inmunoglobulinas IgG que detectan los test serológicos. Y, por el otro, también activan unas células específicas del sistema inmunitario
-los linfocitos T-, entrenándolas para que sean capaces de atacar el SARS-CoV-2 en caso de infección.
Este despliegue inmunitario evita que el virus ataque los pulmones, donde se instala y causa la neumonía del síndrome respiratorio
agudo grave. Pero faltan datos para saber si también inducen una inmunidad parecida en las mucosas, por donde se el virus se ‘cuela’
dentro del organismo.
En la nariz y la garganta habitan otro tipo de anticuerpos, las inmunoglobulinas IgA, que “barren” la entrada de virus respiratorios, como
el SARS-CoV-2. Si el virus coloniza la parte superior del sistema respiratorio, el patógeno es capaz de sobrevivir, a pesar de que no
cause formas graves de la covid-19.
Por eso es importante mantener las medidas que minimizan el riesgo de que la nariz continúe siendo un foco de contagio para otros.
En conclusión, las vacunas evitan las formas más graves de la enfermedad. Su objetivo es reducir la mortalidad por el virus y evitar que
el sistema sanitario colapse. Por ese motivo, a pesar de que una persona la haya recibido, debe seguir manteniendo todas las medidas
de protección.