
San Juan 10:37 9/3/2021 - elinformadordecuyo@gmail.com
Ya pasaron seis meses desde que Argentina salió de la cesación de pagos. Sin embargo, los nuevos bonos se hundieron y apenas cotizan a 30 centavos de dólar.
Según la agencia de noticias Bloomberg, este precio tan bajo "refleja una sombría realidad que se está imponiendo a los acreedores: el acuerdo con el FMI que el país necesita desesperadamente está muy lejos".
Bloomberg sobre Argentina: un nuevo default parece inevitable
En un extenso artículo, la agencia afirma que "sin ese acuerdo, y sin el capital fresco que podría aportar, la economía argentina, devastada por la pandemia, permanecerá apática y sus finanzas serán tan precarias que un default será casi inevitable cuando los bonos empiecen a vencer".
"Argentina está en un verdadero lío", señaló Chris Marsh, un ex economista del FMI, ahora asesor principal del fondo Exante Data, en Londres. "Acaban de reestructurar su deuda y, sin embargo, la realidad es que no pueden pagarla".
La nota agrega que, a pesar de lo indulgentes que fueron los términos de la reestructuración, el acuerdo sigue siendo insuficiente teniendo en cuenta lo mal que estaba la economía por la pandemia.
"Tras ese acuerdo, el gobierno izquierdista del presidente Alberto Fernández comenzó a negociar con el Fondo Monetario Internacional para reestructurar un préstamo de 45.000 millones de dólares y llegar a un acuerdo que pudiera incluir nueva financiación. La administración había dicho que quería un acuerdo firmado para mayo. Sin embargo, tras seis meses de conversaciones, los avances son escasos y Fernández declaró recientemente que no tiene apuro por llegar a un acuerdo", señala el artículo.
"Las elecciones legislativas de octubre enturbian aún más las perspectivas. Los inversores temen que el Gobierno se muestre reacio a aceptar las impopulares medidas de austeridad fiscal que deberían formar parte de cualquier acuerdo", asegura el artículo.
La nota de Bloomberg explica que el hecho de que los precios de los bonos estén cayendo, incluso en medio de un aumento de los precios de la soja, muestra lo pesimistas que son los inversores respecto a la perspectivas de Argentina.

Al respecto, afirma que los acreedores miran la inflación, que se prevé que alcance el 50% este año, junto a un desempleo de dos dígitos y un déficit fiscal que se disparó el año pasado hasta alcanzar el más alto desde 1993.
Argentina entró en mora en mayo por novena vez en sus 200 años de historia. Con el transporte aéreo cerrado en medio de la pandemia, los funcionarios del Gobierno y los acreedores ultimaron los detalles de la reestructuración a través de llamadas de Zoom, puntualiza la nota.
El acuerdo otorgó a Argentina unos 38.000 millones de dólares de alivio de la deuda en los próximos 10 años, retrasó los pagos del principal hasta 2024 y redujo los tipos de interés iniciales hasta el 0,125%, señala Bloomberg.
Sin embargo, los nuevos bonos no hicieron más que caer desde que empezaron a cotizar en septiembre, perdiendo un 33% de su valor y llevando a Morgan Stanley a calificarla como "la peor caída tras una reestructuración de la deuda en al menos 20 años".
En la raíz del pesimismo de los inversores está el gasto descontrolado sin planes realistas para frenarlo, señala el artículo de la agencia.
"La masa monetaria de Argentina se disparó el año pasado, cuando se puso en marcha la imprenta para financiar la ayuda a la pandemia. El crecimiento monetario se ralentizó, pero los controles de divisas están restringiendo el acceso a los dólares, obligando a las empresas a reestructurar sus deudas", se detalla en el artículo.
Armando Armenta, estratega de mercados emergentes de AllianceBernstein, señala que los precios muestran que los inversores en bonos están subestimando la capacidad del gobierno para mejorar las cuentas fiscales y externas incluso sin un acuerdo con el FMI.
"La inestabilidad macro y financiera de retrasar el acuerdo también puede ser políticamente costosa para el Gobierno de cara a las elecciones", puntualizó Armenta.