
San Juan 08:58 24/12/2020 - elinformadordecuyo@gmail.com
La misa se realizó con todos los protocolos sanitarios establecidos por el Comité COVID-19 y fue celebrada por el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, quien en su homilía destacó la transformación de la humanidad con la llegada de la pandemia: “Desde el mes de marzo fuimos sorprendidos por un acontecimiento que transformó nuestras vidas, el trabajo, la familia, los vínculos sociales.

La pandemia significó vivir situaciones complejas de dolor, de heridas que no cierran".
"Hay corazones que son invadidos por la angustia existencial, provocada por una vida carente de sentido. De alguna manera todos experimentamos la debilidad y fragilidad, y nos hemos enfrentado a las inconsistencias de nuestras opciones de vida", agregó.
El arzobispo dijo que “si algo hemos aprendido es que no somos omnipotentes. Insistentemente nos decimos que estamos todos en la misma barca, y justamente por eso sabemos que nadie se salva solo, ni a sí mismo ni aislado de los demás".
"Este año las Fiestas son distintas. En varios hogares encontraremos sillas vacías por la distancia, la enfermedad, la muerte. En las mesas de los pobres habrá menos comida. Será mayor la cantidad de personas haciendo guardias y trabajando en centros de salud", sostuvo monseñor Lozano.
Agregó que “esta Navidad nos encuentra en un momento histórico donde necesitamos una ardua reconstrucción: de las fuentes de trabajo, de la educación, de las instituciones, de los lazos fraternos”.
El arzobispo indicó que “el nacimiento se produce en la ciudad de Belén, que significa 'casa del pan'.
La palabra 'compañero' se refiere a quienes comparten el pan, la mesa, el camino. Dios en Jesús se hace compañero en el camino que transitamos como pueblo. Jesús nace de María, y quiere ser arropado en el corazón. En esta Navidad date tiempo ante el pesebre", concluyó Lozano.