El gobierno de Alberto Fernández puso como fecha límite para renegociar la deuda pública del país el 31 de marzo próximo. Faltan poco más de 15 días para que se cumpla ese plazo y nada indica que se arribe a una solución.
San Juan 10:24 13/3/2020 - RedacciónSJ
A las dificultades económicas se sumaron ahora las preocupaciones lógicas por la pandemia del coronavirus, a la cual el gobierno le está dando prioridad. Pero, además, la enfermedad impacta en las perspectivas de crecimiento de Argentina y el mundo, un dato relevante para encarar el reperfilamiento. Los especialistas ya descartan que la negociación se extienda e incluso se paralice. El ministro Martín Guzmán reconoció que la reestructuración se extenderá más allá del plazo prometido.
Todo indica que la fecha límite del 31 de marzo para cerrar la negociación de la deuda no se cumple. La pandemia del coronavirus complicó más sepultó las chances de un acuerdo con los acreedores en el plazo que se impuso el Gobierno de Alberto Fernández.
Por una parte, esas negociaciones ya eran bastantes complejas por la quita que pretendía Martín Guzmán y la negativa de los bonistas.
Luego, el contexto internacional y económico se alteró por los efectos financieros de la pandemia que trastocó las previsiones de crecimiento y a los mercados. Y por último, la Administración Fernández le está dando prioridad al combate contra la enfermedad, en detrimento de la economía.
En ese contexto, varios economistas y especialistas advierten que la negociación de la deuda podría extenderse más en el tiempo e incluso paralizarse.
En el portal Infobae, Pablo Wende insiste en que el Gobierno confirmó que la oferta a los tenedores de bonos “será divulgada en breve”. Pero advierte que “a esta altura son muy pocos los inversores que creen que la negociación puede terminar de una manera rápida y satisfactoria. Al contrario, se espera ahora más que nunca un proceso largo y con muchas idas y vueltas, donde el contexto internacional no ayuda en absoluto”.
Sin embargo, considera que “aún cuando no culmine el 31 de marzo como estaba previsto, hay un plazo relativamente prolongado para evitar el default total”.
Miguel Zielonka, director asociado de la consultora Econviews, es menos optimista y opinó que aumentaron las chances de que la renegociación “se empantane”.

Y concluyó: “Aumentaron las chances de que la negociación se empantane y de que en algún momento el Gobierno decida interrumpir los pagos. Reitero, el foco de los inversores extranjeros hoy pasa por otro lado. Además, si la discusión sobre este tema se demora, es posible que en algún punto el Gobierno plantee un límite a los pagos. Hoy existe una excusa ideal para ese resultado negativo: “el mundo se viene abajo”. En cuanto a las expectativas del mercado, viendo los precios actuales, se advierte que no hay mucho optimismo al respecto”.
Por su parte, ayer jueves el ministro de Economía dijo que la fecha límite del 31 de marzo para llegar a un acuerdo con los tenedores de bonos podría modificarse por el brote global de coronavirus.
"Hay necesidad de un alivio sustancial", dijo el ministro y agregó que todas las opciones sustentables están en la mesa de negociación y que las conversaciones buscan que se "maximice la aceptación de los acreedores".
“Si alguien piensa que vamos a patear la pelota de una manera que obligue a otra reestructuración más adelante, deberían pensarlo de nuevo, porque no vamos a hacer eso", señaló Guzmán.
"Ahora estamos en una situación de emergencia global que requiere que todas las partes sean flexibles", explicó, y agregó que si se extiende el plazo para cerrar un acuerdo será "solo por unos días".