EDITORIAL: Estos párrafos son para mi Hermano del Alma

Escribo esta carta mientras me encuentro con mi rutina periodística. Quiero escuchar al periodista, pero mis latidos son tan intensos que resuenan en mi conciencia mucho más que cualquier otro sonido.


San Juan 19:20 17/7/2019 - RedacciónSJ


Ahora mismo, sentado frente a mi compu, pienso que saldré de aquí para verte por última vez y decirte adiós. El día de hoy amaneció frío, y hasta el azul del cielo no me parece el mismo, pues me da la sensación de que tiende a un tono más grisáceo, reflejo fiel de nuestra tristeza porque ya te marchas al encuentro definitivo con la “otra vida”, donde te aguardan nuestros amados padres y mi querido “Tincho”.


Hace una semana que las malas noticias comenzaron a llegar y entonces es cuando la memoria se convierte en un álbum fotográfico, y uno busca en sus miles de páginas las mejores instantáneas de los buenos y felices momentos vividos -como esta foto que acompaño con tu ser más amado-.

Desde que tengo uso de memoria sentí ese vínculo de hermandad que duraría todas nuestras vidas.
No olvidaré, nunca, ni una sola de tus palabras de cariño. Supiste ser mi Hermano “Mayor” como yo te decía, y ahora… ahora te echaré de menos.

Vienen a mi mente la visión de tantos recuerdos bellos, de aquella maravillosa infancia, de las aventuras y travesuras, de nuestras peleas y desencuentros… Y tantas otras más

Amado Euge, te tendré siempre presente, no te olvidaré jamás, porque tú no lo hubieses hecho si yo estuviese en tu lugar. Las lágrimas en mis ojos comenzaron a correr desde hace ya una semana, y me confirmaban tus hermanos y filia que te quedaba poco tiempo -ojalá todo esto hubiese sido un mal sueño, ojalá-, sé que estarás junto a mí desde allá arriba, porque sos un gran padre un gran hombre, pero también un gran hermano.

Sigo llorando sobre este teclado, en las que te escribo estas líneas finales, y como lloré, cada vez que se fue alguien de mis entrañas. Sólo conteniéndome cuando me vienen esos hermosos recuerdos de una vida compartida.

Euge, no dejas de ser mi eterno Hermano Amado y continúa ayudándonos, ayudándome, desde ese lugar donde partirás para estar mucho mejor. Te voy a extrañar con todo mi ser y no te olvides de darle un gran abrazo a mi querido hijo. Hasta siempre mi Amado Hermano.

Antonio