PUNTO DE VISTA
Farsa nacional: Macri estafó a los argentinos y argentinas

Es un eufemismo que le canten "la puta que te parió" o que le digan "Macri gato". Lo más doloroso es que quedará en la historia como un presidente estafador.


San Juan 08:59 a.m. 14/01/2019 - RedacciónSJ

En campaña esbozó el libreto de la tragedia contemporánea que luego se convirtió en el nuevo fracaso criollo. Muchos creyeron que sería mejor que el ladrón de Néstor o la asaltante violenta de Cristina. Pero no. Este codicioso de poca monta fue igual de mercenario que el matrimonio Kirchner.

Ahora pagaremos todos y todas el fatal destino de ser argentinos.

Cuando era candidato a presidente, Macri dijo eufórico que la inflación no era un problema, y terminó llevándola a su marca histórica: terminamos 2018 con 45% de inflación.

Prometió una lluvia de dólares e inversiones, y terminamos hocicando en el Fondo Monetario Internacional, donde nos acogieron con la vacuna de dólares fáciles pero difíciles de devolver. Ya conocemos la historia, no hace falta refrescar: tenemos el nivel de endeudamiento más intrépido y peligroso de nuestra historia. Nos prestaron 57.000 millones dólares y vamos a devolver una friolera pagada con sangre, sacrificio humano y pobreza infligida entre hermanos. Macri recibió un dolar real a 18 pesos. En mayo de 2018 estaba en 28 pesos y durante la corrida cambiaria llegó a 44 pesos. Más tarde se ubicó en 37 pesos. La lluvia de verdes nunca llegó pero sí la tormenta financiera provocada por la mala praxis de su equipo económico.

Desde que asumió Macri, la deuda pública argentina pasó del 52% al 80% del PBI en sólo tres años. Algunos datos marcan que luego del ingreso de fondos tras el endeudamiento con el FMI, la relación PBI deuda habría llegado al 93%.

Este delincuente, a quien muchos todavía llaman Presidente Macri, llegó anunciando que su gobierno se proponía la meta de lograr "Pobreza Cero", y levantó la pobreza a los mismos niveles que los asaltantes de Néstor y Cristina. Los datos proporcionados por el Indec indican que en el primer semestre de 2018 la pobreza se elevó al 27,3%. La cifra se ubica 1,6 puntos porcentuales por encima de la tasa registrada en el segundo semestre de 2017. La indigencia también subió y se ubicó en el 4,9%.

Sin hesitación, Euforia Macri se ha convertido en un esperpento menor de la política nacional. Un grotesco ridículo y malhechor que ha infligido sufrimiento a su pueblo. Sus mentiras han transitado un corto trayecto y los ciudadanos ya advirtieron que no es confiable y que no sabe cómo resolver los problemas del pago criollo.

Cuidado: tampoco es cierto que los argentinos y argentinas quieren que vuelva la delincuencia de Cristina Kirchner. Estamos en una trampa llamada polarización. La trampa le ha funcionado bien a Cambiemos gracias a la grieta, una herramienta creada hace años por el kirchnerismo ladrón y explotada por Durán Barba, un mercenario eficaz.

Macri prometió mejorar el poder adquisitivo de los compatriotas pero no fue así. Por el contrario, el salario promedio de los argentinos registra la peor caída desde 2002. Los emolumentos acumulan una pérdida de 17% en 2018 y se calcula que en 2019 los sueldos podrían recuperar un poco, pero no van a volver a tener la capacidad de compra que dejaron atrás.

A esta altura, es de suponer que los habitantes de esta vasta y rica nación se dieron cuenta de que Cambiemos es un frente conformado por mercenarios avaros, desesperados por acumular plata. También saben que el kirchnerismo es una asociación ilícita organizada para saquear al Estado. Estamos ante una encrucijada difícil de sortear. Somos argentinos, inviables, corruptos, bravucones, violentos, petulantes, pretenciosos, ventajeros e hipócritas. Con tamaña colección de adjetivos que nos definen como pueblo, es casi imposible que podamos salir adelante.

Volvamos a Macri: anunció en campaña que revitalizaría la industria y apoyaría a las pymes pero también en eso mintió: la actividad industrial cayó un 11,5% en septiembre de 2018 y las pymes están cerrando sus puertas y despidiendo personal.

Dijo que aliviaría la carga impositiva y tributaria a los que aportan con sus impuestos. Sin embargo seguimos siendo el país con mayor presión tributaria del mundo, trofeo que por ahora nadie nos podrá quitar con facilidad.

No cabe duda, estamos ante un farsante que estafó a sus coterráneos. En su penoso desempeño se refleja su vocación de cipayo y su traición imperdonable a la patria.

En la retórica malévola y cínica de Néstor, Cristina y Macri se explica el fracaso argentino. Somos un país fregado y jodido. Deberíamos entenderlo de una vez por todas, así no seguimos insistiendo con eso de que somos una gran nación con gente noble y honrada. No somos eso y, por ahora, no parece que vayamos encaminados rumbo a ese horizonte.

Escrito para el informador de cuyo por:
Ernesto simón - Escritor y Periodista