JUSTICIA
Tras 11 años, Ricardo Lorenzetti deja la presidencia de la Corte Suprema

Lorenzetti, en su cargo desde 2007, será reemplazado por Carlos Rosenkrantz. Estuvo 11 años en su cargo.



El juez de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti dejará la presidencia del máximo tribunal del país tras once años en el cargo y será reemplazado por el magistrado Carlos Rosenkrantz. El espíritu de quienes apoyaron a Rosenkrantz fue el de cambiar el modo de conducción en la Corte y pasar de un estilo personalista a otro más participativo.

Luego de conocida la renuncia, pasado este mediodía, el ministro de Justicia, Germán Garavano, declaró: "La Corte Suprema de Justicia de la Nación es la cabeza del poder judicial que es independiente y elige sus propias autoridades. Destacamos y valoramos la gestión de Ricardo Lorenzetti durante los últimos años". La decisión de Lorenzetti de dejar la presidencia se conoció tras la reunión habitual de la Corte Suprema de los martes, que se extendió por unas cuatro horas y de la que participaron los cinco miembros.

Según trascendió, los ministros decidieron que la Corte Suprema adopte un perfil netamente judicial y menos político. El actual titular del máximo tribunal, de 62 años, es abogado egresado de la Universidad Nacional del Litoral y doctor en Ciencias Jurídicas y sociales. Ingresó a la Corte Suprema el 12 de diciembre de 2004, propuesto por el entonces presidente Néstor Kirchner, y el 7 de noviembre de 2007 asumió la presidencia del tribunal. Tras once años en el cargo, que incluyeron enfrentamientos con el kirchnerismo y sonoras peleas con la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, Lorenzetti dará un paso al costado de la presidencia y seguirá integrando el cuerpo como vocal.

La sucesión de Lorenzetti: perfil de Carlos Rosenkrantz 


En 2016 ya había sido propuesto para el cargo. Tiene 59 años y se recibió con honores en la Universidad de Buenos Aires. Rosenkrantz cursó sus primeros estudios en el Colegio Nacional Domingo F. Sarmiento, donde egresó con Medalla de Oro. Nunca fue militante, pero simpatizaba con ideales radicales según sus allegados.

Comenzó su actividad pública como integrante del grupo de trabajo de Carlos Santiago Nino, filósofo del derecho que impulsaba la democracia deliberativa que asesoró de manera muy cercana al entonces presidente Raúl Alfonsín. En 1990 fundó junto con Gabriel Bouzat un estudio jurídico que también tuvo una fuerte presencia en litigios complejos.

Un año después participó como letrado patrocinante de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) en un litigio en el que se cuestionaba la decisión de la Inspección General de Justicia de denegar personería jurídica a la entidad. En 2008 asumió como rector de la Universidad de San Andrés y allí apoyó la creación del Centro de Estudios Anticorrupción.

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