Estuvieron Marcos Peña, Rogelio Frigerio, Emilio Monzó, Ernesto Sanz y Gerardo Morales. Una imagen simbólica que el propio Gobierno se encargó de difundir.
Fue una nueva señal de las varias que se comenzaron a dar esta semana, como respuesta a la crisis cambiaria que azotaba a los mercados -y tenía a maltraer al Gobierno- desde hacía semanas. En la previa, se había anunciado el martes desde el Gobierno la decisión de concretar ese tipo de encuentros, y el mismo tuvo lugar este jueves en Olivos.
En un soleado mediodía aparecieron juntos el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; el exsenador Ernesto Sanz; y el gobernador jujeño Gerardo Morales. Fue la vuelta de varios a la discusión de “mesa chica”, y la integración formal del radicalismo a las mismas.
Emilio Monzó no había dejado de asistir a las reuniones de gabinete, y ya había vuelto el martes en un encuentro realizado en la Casa de Gobierno. Pero este encuentro fue distinto y marcó la vuelta al análisis estratégico de la gestión oficial. Representó la concreción del adelanto del jefe de Gabinete, respecto a una continuidad semanal que tendrán estas reuniones, en el marco de una suerte de apertura que busca tener el Gobierno.
A la reunión faltaron dos figuras claves de esos encuentros, integrantes de la “mesa chica” del presidente: la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, y el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. Ambos abocados a otras actividades oficiales, lo mismo que el presidente Mauricio Macri, pero se aclaró que en los próximos encuentros no faltarán.