JUSTICIA
Carta abierta al Juez Walter Otiñano

Señor Juez, haga algo con la causa de mi hijo, no deje que la desidia nos gane y nos lastime a todos.



El caso que traigo a colación es el que se tramita en el Octavo Juzgado Civil de San Juan. El Juez Walter Otiñano no dicta sentencia y ya pasaron años desde la muerte de mi hijo. Hay causas demoradas que no se entiende por qué no han recibido un fallo a tiempo por parte del Juez Walter Otiñano. Un ejemplo claro de la morosidad del magistrado es la caratulada “Antonio Lago y otros contra Ricardo Zabala”.

El expediente es sobre la muerte de un adolescente de 18 años que vio tronchada su vida para siempre por la irresponsabilidad de un automovilista dispuesto a todo, incluso a terminar con los sueños de un joven. Señor Juez, no deje que pensemos que usted no dicta sentencia por espúreas razones innombrables. Haga algo, le pagamos un fabuloso emolumento para que trabaje, no para que abone con su lentitud la injusticia de toda una vida.

Se trata de un trágico accidente automovilístico ocurrido el 10 de septiembre de 2006, donde perdió la vida mi hijo Martín Lago Domínguez, quien tenía apenas 18 años cumplidos. Aquel 10 de septiembre fatídico, Ricardo Zabala conducía un automóvil Ford Galaxy donde iba subido Martín y siete jóvenes más. Alcanzó una alta velocidad y entró a más de 100 kilómetros por hora a la famosa “ex curva de los tontos”, la cual cobró varias vidas en accidentes producidos en ese tramo que conduce al Dique de Ullum.

Tras una mala maniobra a velocidad extrema, el auto volcó y Martín salió despedido y falleció casi de forma inmediata. Al tiempo, Ricardo Zabala se declaró culpable y pidió juicio abreviado. La causa judicial registrada en “Autos 92963” se inició el 1 de noviembre de 2006 y al día de hoy la familia de Martín, la mía, no ha conseguido la tal esperada sentencia.
¿Es esto normal en la Justicia? ¿Es el Octavo Civil un juzgado ineficaz y moroso? ¿Es esto Justicia, o es apenas una jugada intencional para desvanecer el caso? 
Nadie lo sabe y sólo una persona puede responder a estas preguntas: usted señor Juez.

La causa se inició el 1 de noviembre de 2006 y aún no tiene sentencia. ¿no es rara esta situación? Si la Justicia no puede atender el reclamo de un simple ciudadano, ¿a quién deberemos recurrir para que se haga Justicia? El expediente con la muerte de mi hijo, un joven que tenía toda la vida por delante, sigue vegetando en los oscuros pasillos del Octavo Juzgado Civil.

La situación de una familia atribulada por una muerte no se puede describir con palabras. Tampoco se puede describir todo lo que alguien puede llegar a pensar de un Juez moroso que no sé porque no ha dictado sentencia.
¿Habrá recibido presiones? ¿Alguien influyente le pidió que planche la causa? ¿Habrá cobrado una coima para dejar prescribir el caso? ¿Será un insensible anti humanista que desprecia al propio ciudadano que le paga su sueldo? 

Quizá sea un poco de cada una de esas razones enumeradas a modo de preguntas que seguirán esperando respuesta hasta el último día de nuestra vida. Así de injusto será, mientras no tengamos Justicia. Y mientras no tengamos Justicia mi familia padece aún más dolor y usted Señor Juez tiene algo de culpa...

Respetuosamente: Antonio Lago Montes 
Periodista y Padre de Martín Lago Domínguez