El clientelismo político es una infección putrefacta que la democracia criolla no supo extirpar a tiempo. En esta nota presentamos algunos casos deplorables.
A través de los años, pasó a aceptarse como fenómeno natural de una actividad que día a día se convierte en casta para dejar de ser una noble ciencia social. No hay una definición acertada que especifique claramente qué es el "clientelismo político". Sin embargo, una aproximación podría ser la siguiente: relación que se establece entre personas de diferentes estatus político, económico y social, mediante la cual se pacta una mutua cooperación. Esa colaboración consiste en intercambio de bienes y servicios políticamente valiosos. El funcionario, abusándose del poder, ofrece beneficios que por lo general salen de erogaciones del Estado (empleo público, acceso a programas asistenciales o dinero en efectivo), y el beneficiario de esos favores políticos retribuye con apoyo militante, votos, participación en actos partidarios y trabajo en redes sociales, entre otras prestaciones.
ALGUNOS DE LOS CASOS MÁS EMBLEMÁTICOS
JUJUY: las viviendas de Milagro Sala La organización social Tupac Amaru es uno de los casos que marcó la década robada del kirchnerismo. La agrupación barrial liderada por la delincuenta Milagro Sala, quien está detenida desde enero de 2016, recibía fondos del Estado provincial y nacional para la construcción de viviendas sociales en Jujuy. Muchas de esas viviendas eran entregadas a los ciudadanos a cambio de votos o del compromiso de militar para la líder jujeña. Si el ciudadano agraciado con una casa no cumplía, Milagro se ocupaba de hacérselo saber y en ocasiones se le quitaba la vivienda otrora otorgada. La mayoría de las casas no se terminaron nunca pero la plata fue recibida por el movimiento.
BUENOS AIRES: las zapatillas de Ruckauf Este caso fulminante de cinismo político se conoció meses antes de la crisis del 2001, cuando se supo que el entonces gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, un corrupto de antología, había gastado 3.200.000 de pesos en la compra de zapatillas para repartir mediante los consejos escolares. Los 800.000 pares de calzado deportivo llevaban en la lengüeta la firma del funcionario acompañada de su lema: "Buenos Aires Para Todos". Ante las críticas del gobierno de la Alianza, el facineroso Carlos Ruckauf se defendió diciendo que la firma no se veía porque los cordones la tapaban.
PENSIONES POR DISCAPACIDAD
Chaco, Formosa y Santiago del Estero aparecían en 2016 como las provincias que invertían más dinero en pensiones por invalidez. Según los datos, en esos distritos había hasta un 35% de población discapacitada. La situación se repetía, en menor escala, en el resto del país, donde el 6,9% de la población económicamente activa, esto es el equivalente a 1.037.931 de habitantes, sufría algún tipo de discapacidad y recibía un subsidio. El gobierno nacional impulsó una revisión integral del sistema de pensiones y muchas fueron dadas de baja.
SAN LUIS: los cheques que aparecieron antes de la elección de 2017 En 2017, el gobierno de los nefastos hermanos Rodríguez Saá, perdieron las elecciones legislativas en la fase de las PASO. Estos dos atorrantes incurables convirtieron en feudo a San Luis desde el regreso de la democracia en 1983 hasta la fecha. Los lamentables dirigentes puntanos se vieron obligado a redoblar los esfuerzos para dar vuelta la elección primaria, en la cual la oposición quedó en primer lugar, asestando un golpe histórico al clan gobernante. Durante el periodo previo a la elección general aparecieron cheques emitidos de la cuenta oficial de San Luis como regalo a ciertos dirigentes y vecinos que ayudaron a dar vuelta el resultado. Ocurrió lo esperable en un país con ciudadanos que practican la complicidad cívica: la tendencia se revirtió y el oficialismo peronista volvió a ganar. Se supo que durante esos días de disputa electoral, el Estado provincial multiplicó el gasto público para otorgar más beneficios sociales.
EN LA RECTA FINAL
Los episodios de lamentable clientelismo son muchos más pero por razones de síntesis presentamos estos que integran la nota. Vivimos en un país devastado por la corrupción y la indiferencia de todos. La categoría de cómplices cívicos no nos viene mal. Es educada, suena bien y no ofende tanto. Los argentinos asistimos a una década de saqueo descarado en la cual la Democracia mutó en Cacocracia. Néstor, Cristina y su banda de ladrones esquilmaron al Estado y dejaron todo en manos de una caterva de improvisados avarientos que hoy se conocen como Gobierno de Cambiemos. Macanas, no va a cambiar nada. Todo es mentira, como dice el tango, y todo es en vano. Somos un país inviable donde el cinismo le gana a la desgracia ajena. El daño que dejó como herencia el Pocho Perón es casi terminal y, para colmo de males, quienes nos gobiernan desde hace unos 30 años son la cría del Proceso.
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