La titular del organismo, Laura Alonso, busca establecer si los ministros de Finanzas y de Energía violaron la Ley de Ética Pública.

Por eso, como medida complementaria a los requerimientos, Alonso le solicitará en las próximas horas al ministro de Justicia, Germán Garavano, una autorización expresa para poder ingresar a los anexos reservados y cerciorarse si Caputo y Aranguren están en falta. El artículo 12 de la Ley de Ética Pública obliga a todos los funcionarios, cuyo acceso a la función pública no sea resultado directo del voto, a incluir en su declaración jurada patrimonial sus antecedentes laborales.

El lunes, a través de un comunicado, el kirchnerismo marcó la paradoja del ministro de Finanzas de moverse en el mundo offshore y tener entre sus deberes y funciones el combate contra la evasión impositiva y el lavado de activos. El funcionario también negó que algún fondo buitre que haya litigado contra la Argentina estuviera vinculado a las sociedades donde trabajaba, una manera de desacreditar un conflicto de intereses debido a su conocido papel como negociador de la deuda en default. A propósito de conflicto de intereses, Caputo ya había sido denunciado por la Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos de Seguridad Social (Ufises) cuando en 2016 aprobó un giro de 500 millones de pesos de la Anses a Axis, un fondo común de inversión que le pertenecía.
En el caso de Aranguren, la mira está puesta en Shell Western Supply and Trading Ltd, una sociedad en la que estuvo antes de ser ministro, y que ganó 2 licitaciones por 13 cargamentos de gasoil, —y facturó unos 240 millones de dólares— una vez que asumió la cartera de Energía. El funcionario informó que fue director de esta proveedora de gasoil durante cinco meses del 2003 y que por lo tanto su papel allí “no constituye per se un delito ni viola ley”. Alonso ahora buscará atemperar las críticas de la oposición motorizando desde hoy mismo una investigación sobre lo actuado por los dos miembros del gabinete de Mauricio Macri.