La Fiscalía del estado brasileño de Santa Catarina (sur del país) encontró indicios de que la aerolínea LaMia, responsable del avión en el que viajaba el club de fútbol Chapecoense que se estrelló en Colombia, no pertenece a los dueños que aparecen en el contrato, informaron medios locales.

La investigación fue enviada a la Fiscalía General de Brasil, para que la mande a los Ministerios Públicos de Colombia y Bolivia, aunque no vincula estos hechos con el accidente. En el caso de comprobarse la relación de los Albacete con la negociación del vuelo, podría colocarla como responsable solidaria en un eventual pedido de indemnización en la Justicia. En cualquier caso, sería el Chapecoense quien debería entrar en una acción en la Justicia contra los venezolanos, en la llamada “acción de regreso”, cuando alguien condenado a pagar una indemnización acciona una tercera parte para resarcir perjuicios. Casi un año después de la tragedia, las familias de las víctimas no han recibido aún ninguna indemnización.
El Chapecoense pagó un seguro obligatorio y el seguro contratado para los jugadores y trabajadores, pero los familiares de las víctimas pueden demandar al club y, según el abogado que los representa, podrían llegar a pedir hasta 400 millones de dólares, importe muy superior a los 3 millones de dólares de patrimonio que el club alega tener. Por su parte, la empresa aseguradora de LaMia, la también boliviana Bisa, se niega a pagar un seguro de 25 millones de dólares al entender que el piloto y dueño de la empresa voló deliberadamente sin el combustible necesario, colocando en peligro la seguridad del avión y de los pasajeros. Bisa ofreció 200.000 dólares a cada familia de las víctimas por “razones humanitarias” siempre que acepten desistir de procesar personas vinculadas a la aerolínea, algo que fue rechazado. En los próximos días, las autoridades de la aviación civil colombiana deben divulgar el informe final del accidente, cuya versión preliminar apuntaba que la avioneta carecía del combustible necesario para volar entre Santa Cruz de la Sierra y Medellín.
EFE