El legendario editor, icono del exceso, revolucionó el mercado erótico en los años cincuenta con la revista más famosa del mundo
El fundador del imperio Playboy, Hugh Hefner, falleció este miércoles en su casa en Beverly Hills, a los 91 años. Hefner murió “rodeado de sus seres queridos” en su legendaria residencia, la legendaria Mansión Playboy. Con él se va un icono del exceso en Estados Unidos, el hombre de la gorra de capitán, las conejitas a pares y las esposas imposiblemente jóvenes. Playboy es una de las marcas más reconocibles de Estados Unidos, la referencia durante décadas del entretenimiento erótico masculino. Hefner fundó la revista en 1953 y fue una sensación desde el primer número, ya que consiguió unas fotos de Marilyn Monroe para la portada.

Tras él, cada mes fueron apareciendo todos los iconos del deporte, la cultura o incluso la política de Estados Unidos en conversaciones reposadas donde se prestaban a que la revista les sacara sus confesiones. Hugh Hefner, multimillonario, prácticamente desde el comienzo de la revista, compró en 1971 una mansión en Beverly Hills de 20.000 metros cuadrados y 29 habitaciones que llamó la Mansión Playboy y donde presumió de una vida de exceso, en fiesta permanente y rodeado de modelos. Allí invitaba a todo Hollywood a fiestas legendarias.
Estar en la mansión de Hefner era ser alguien en Los Ángeles. Earvin Magic Johnson, la estrella de Los Lakers en los ochenta, relataba en un documental que asistió a fiestas en las que había 100 mujeres para 10 hombres. Ser invitado a la Mansión Playboy se convirtió en una especie de ritual para reconocer que te habías hecho famoso en Hollywood. Años después, aquel estilo de vida acabaría revelando un lado más siniestro.
Al menos dos mujeres han declarado ante la justicia que fueron drogadas y sufrieron abusos sexuales por parte del actor Bill Cosby en la Mansión Playboy, en esas fiestas. Hugh Hefner llegó a ser demandado personalmente como cómplice del actor en la agresión. Alrededor de esa vida, Hefner se creó un personaje de playboy eterno, con una gorra de capitán, un batín y una copa en la mano, al que fue fiel durante décadas. La vida de fantasía adolescente de la Mansión Playboy fue retratada en un programa de telerrealidad, The girls next door, que se emitió de 2005 a 2010. Cuando ya no pudo dar esa imagen, simplemente desapareció de la luz pública.