“Cuando quieras, donde quieras. Vos poné la cancha, nosotros llevamos la ciudad”.
Con esa frase y un creativo video, Cipolletti había desafiado a San Lorenzo a principios de junio, cuando el partido que debían disputar por los 32avos de final de la Copa Argentina se había postergado por pedido del club de Boedo. Dos meses después, los rionegrinos estuvieron a un paso de dar el gran golpe, pero finalmente el Ciclón terminó imponiéndose 4 a 2 por penales en la cancha de Lanús, tras igualar 1 a 1 en los 90 minutos, y avanzó a los 16avos de final del certamen más federal del fútbol vernáculo. En esa instancia se medirá con Deportivo Morón.
Los patagónicos tuvieron un auspicioso arranque que borró, al menos transitoriamente, la distancia que separa a uno de los grandes del país y a un elenco que en la pasada temporada cayó las semifinales del reducido por el segundo ascenso a la B Nacional. El conjunto dirigido por Henry Homann (jugó en Racing en la década de 1990) avisó primero con una trepada del lateral derecho Gastón Valente, quien llegó al área rival y chocó contra Nicolás Navarro.
Los jugadores de Cipolletti reclamaron penal, pero Andrés Merlos entendió que no había habido infracción. Luego un remate cruzado de Germán Weiner obligó a Navarro a estirarse para enviar el balón al córner. Y justamente de ese tiro de esquina llegó el tanto que rompió el cero: Jorge Piñero Da Silva, quien debutaba con la casaca albinegra, se desprendió de la marca y con un testazo sacudió la red e hizo estallar al puñado de hinchas que se había animado a recorrer los 1.200 kilómetros que separan a su ciudad de Lanús.
El golpe sacudió la modorra del conjunto dirigido por Diego Aguirre, que en los últimos 20 minutos, aun sin demostrar un fútbol destacado, gestó un par de chances para conseguir el empate. A los 27 minutos y luego de un córner de Alexis Castro, un zurdazo de Paulo Díaz fue controlado por el arquero Matías Alasia. Y cuatro minutos más tarde el guardavalla de los rionegrinos se lució ante un bombazo a quemarropa de Castro. Fue la más clara del Ciclón en el capítulo inicial.
En el segundo tiempo San Lorenzo tampoco exhibió demasiado, pero el peso de las individualidades fue inclinando el campo hacia el arco defendido por Alasia. A los 17 minutos Ezequiel Cerutti (había reemplazado a Gabriel Gudiño, de modesta prestación) desbordó por la derecha, Fernando Belluschi anticipó en el primer palo y su toque salió besando el poste izquierdo. Para Cipolletti la consigna era clara: aguantar y jugarse una ficha a alguna contra. Fue poco lo que pudo gestar en ataque en los segundos 45 minutos, más allá de un tiro libre de Maximiliano Carrasco que Navarro envió al córner con los puños.