En julio tuvo una escala del 25%, más que el oficial. Con el clima pre electoral a pleno, el billete estadounidense que se vende en las cuevas ya se ubica cerca de los $18,50, y avanza en el mes a un ritmo mucho más veloz que el tipo de cambio legal. De hecho, la brecha también se amplía al nivel más alto desde marzo pasado.
El Blue es un actor muy tenido en cuenta por los argentinos a la hora de tomar decisiones, la historia reciente lo demuestra. Luego de meses de ausencia, ahora ha asomado nuevamente. De hecho, cobró protagonismo en contadas ocasiones desde la salida del cepo hasta la actualidad. La mayoría de ellas tuvo lugar en la previa a las vacaciones o del cobro del medio aguinaldo, que generó un incremento de la demanda, lo que produjo una escalada del precio en todos sus "formatos". Ahora hizo su regreso pero no sólo por estas causas. También, a raíz de un contexto político sobrecalentado y en la previa de las elecciones legislativas, en la que sobresale la reaparición pública de Cristina Kirchner.
El valor del blue también es clave para fijar algunos precios de la economía, ya que es el referente cambiario para todo el segmento informal que, por cierto, representa más del 30% del volumen de los negocios en la Argentina. Esto termina "contagiando" y derramándose a los diferentes actores, como así también a la plaza legal. Este mes volvió a escena. Día a día, su precio ha venido trepando con fuerza, a tal punto que ya luce algo "descontrolado", según señalan varios operadores de la City. En la actualidad se negocia en el microcentro a $18,43. Es decir, en julio ya se incrementó cerca de un 10% ($1,60). Este número significa que su ritmo alcista ha sido 25% mayor que el del oficial, que ha sido de casi 7% en igual lapso, tanto para el mayorista como minorista.
Por lo pronto, la brecha cambiaria se amplió en las últimas ruedas, de tal manera la del jueves pasado llegó a ser la más grande de los últimos cinco meses (3,1%). Es cierto que no es la escandalosa distancia récord de 100% de mayo de 2013, en pleno cepo cambiario. También que está lejos del último máximo de 6,7% (diciembre de 2016), pero esto no significa que los operadores no reparen en el billete. Es decir, que se haya alcanzado el mayor gap desde el 1 de marzo al presente es, para muchos, todo un síntoma del clima enrarecido del mercado.
Desde el microcentro porteño afirman que el recalentamiento del blue se debe, más que nada, al contexto de intranquilidad producto de la previa electoral. "Está descontrolado. No se corresponde tanto con una elevada demanda, ya que se hacen muy pocas operaciones", expresa a iProfesional un cambista de la City. En su visión, su escalada se debe a "especulaciones y a las expectativas frente al ambiente político". En sus palabras, se refleja lo siempre ocurrió: cuando el mercado cambiario legal está agitado, hay una sobrerreacción en la plaza informal. Es decir, su precio sube por encima de lo que indicaría la lógica, porque incluye las expectativas y la intranquilidad de los inversores. Es decir, acapara la mirada de aquellos que tienen su dinero por fuera del sistema y quieren cubrir posiciones -o proteger sus ahorros- en épocas de posibles tormentas políticas.
Por lo pronto, esta referencia es un termómetro no menor del mercado, cuyo precio no sólo es producto de oferta y demanda, tal como ocurre con el oficial. También deja entrever los nervios y las perspectivas de la City. Su cotización refleja las decisiones oficiales sobre las condiciones para hacer negocios y operar con divisas en la Argentina. En esta dirección, Hugo Scopetani, experimentado analista, interpreta: "Me llama verdaderamente la atención el desacople de los últimos días entre el oficial y el informal, ya que no se vieron operaciones cualitativamente importantes". "La única explicación es que es función de recuerdos atávicos que tenemos los argentinos sobre situaciones similares preelectorales, que es cuando se produce el fenómeno de incremento de las micro compras", completa.
