La detención de Víctor Alejandro Manzanares es clave porque es el cerebro de las operaciones financieras de la ex familia presidencial. Fue un bypass. Una maniobra para seguir inyectando fondos en el patrimonio de Máximo y Florencia Kirchner y burlar la medida judicial que pretendía que el dinero de los alquileres de una veintena de propiedades sea depositado en cuentas judiciales.
Por realizar esta operación es que ayer el juez federal Claudio Bonadio mandó preso a Víctor Alejandro Manzanares, el contador de los Kirchner, el dueño de todos sus secretos económicos y el arquitecto de su imperio financiero. Manzanares quedará detenido un buen tiempo. Bonadio convirtió su procesamiento en prisión preventiva. También citó a indagatoria a Carlos Sancho, socio de Máximo Kirchner y ex gobernador de Santa Cruz, quien cobraba los alquileres, supuestamente en su nombre.
Según detalla el diario La Nación, la detención de Manzanares es clave porque es el cerebro de las operaciones financieras de los Kirchner y, junto con el escribano Leandro Albornoz, fue quien estuvo detrás de la construcción del entramado de sociedades de la familia y las transferencias de inmuebles y empresas. Para entender por qué Manzanares quedó preso y en qué medida esto pone en riesgo la libertad del resto de los acusados hay que remontarse a comienzos de este año. El juez Bonadio designó una intervención judicial para que administre las sociedades de los Kirchner, los Sauces, pero también la sucesión de Néstor Kirchner.
En esta última estaban los bienes del ex presidente, que no están incluidos en las firmas Los Sauces ni en Hotesur. Se trata de unas 28 propiedades que están alquiladas, entre ellas 10 departamentos en Río Gallegos en la calle Mitre 535, otros inmuebles en la calle Oreke, otros en Alcorta 99 con un local, lotes de terreno y el hotel Las Dunas. Los bienes de la sucesión de Néstor Kirchner pertenecían en un 50% a la ex presidenta y la otra mitad se dividía en partes iguales entre los hijos. Cuando concluyó la sucesión se dispuso la intervención judicial y Bonadio designó una administradora de esos bienes para evitar que el dinero cayera en manos de los procesados. Cristina Kirchner cedió su parte a sus hijos y éstos vaciaron de bienes la sucesión y los anotaron a su nombre.
La administradora advirtió a Bonadio que no tenía nada que administrar porque no había bienes. Pero con esas propiedades Máximo y Florencia Kirchner crearon un condominio denominado Máximo Carlos Kirchner y Florencia Kirchner, y con la colaboración del contador Manzanares los anotaron en la AFIP y tramitaron un número de CUIT. Con este registro comenzaron a emitir facturas electrónicas por el alquiler de los departamentos y los locales. No se sabe cuánta plata está en juego desde comienzos de año, pero por los departamentos, unos 12, se pagaba un alquiler de entre 6000 y 7000 pesos por mes, y por el local, unos 20.000 pesos.