
El punto máximo de esa afinidad se consolidó el 31 de julio de 2013 y el 31 de agosto del mismo año, en dos encuentros que se hicieron a las 19.15 en el despacho presidencial de la Casa Rosada, donde el hoy ex CEO de la empresa Marcelo Odebrecht, preso desde hace meses en Brasil por la investigación del Lava Jato, se reunió con la presidenta Cristina Kirchner. En el primer caso, quien pidió la reunión fue el propio Odebrecht, pero en la segunda ocasión el encargado de hacer los trámites fue el ministro de Planificación, Julio De Vido, uno de los funcionarios kirchneristas más investigados por la Justicia (de hecho, la Cámara Federal porteña confirmó ayer su procesamiento junto al del ex secretario de Transporte Ricardo Jaime en una causa por omisión de control sobre las concesiones ferroviarias). Es parte de la información que ayer encargó el juez federal Sebastián Casanello, quien en un oficio enviado al jefe de Gabinete, Marcos Peña, requirió que se le informe si se cuenta “con registros de papel digitales o fílmicos donde obren constancias de reuniones que pudieron llevarse a cabo en esos lugares”, en alusión a “la Casa Rosada, despacho presidencial, residencia de Olivos, Ministerio de Economía y de Planificación”.
El objetivo de Casanello es determinar si entre 2011 y 2014 hubo reuniones en esas dependencias del Estado con la compañía investigada. Según figura en el registro de audiencias que deben completar ciertos funcionarios públicos de alta jerarquía (es probable que hayan tenido más encuentros por fuera de los registros), el entonces coordinador del Ministerio de Planificación y mano derecha de De Vido, Roberto Baratta, es el funcionario que más contacto tuvo con los emisarios de la compañía brasileña. Registra al menos siete encuentros, la mayoría entre 2007 y 2008, un período especialmente investigado por la Justicia debido a que en ese lapso se cerró la construcción de gasoductos bajo sospecha. Baratta también mantuvo varios encuentros con Ángelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri y socio de Odebrecht en el proyecto para soterrar el tren Sarmiento, la obra de infraestructura más grande del país (este año Calcaterra le vendió la constructora el grupo del empresario Marcelo Mindlin). Los encuentros entre funcionarios de Odebrecht y el gobierno anterior terminaron abruptamente el 8 de mayo de 2014. Fue un encuentro al que accedió el entonces ministro de Economía, Áxel Kicillof, por pedido de Flavio Farías, gerente local de Odebrecht, del que participaron otros funcionarios y ejecutivos del grupo.